top of page

Tomiko Itouka: Un legado de longevidad y fortaleza

En un mundo que avanza a toda velocidad, algunas historias nos recuerdan la belleza de la longevidad y la importancia de vivir con pasión. Tal es el caso de Tomiko Itouka, la persona más longeva del mundo hasta su fallecimiento a los 116 años. Su vida fue un testimonio de resistencia, perseverancia y amor por la vida.



Nacida el 23 de mayo de 1908 en Osaka, Japón, Tomiko mostró desde joven una gran determinación. Durante su adolescencia, se dedicó al voleibol y, más tarde, formó una familia junto a su esposo, con quien tuvo cuatro hijos. Durante la Segunda Guerra Mundial, demostró su fortaleza al encargarse de la fábrica textil de su esposo, sacando adelante a su familia a pesar de las dificultades.

Lejos de detenerse tras la muerte de su esposo en 1979, encontró en el senderismo una nueva pasión. Escaló montañas como el Monte Ontake y realizó peregrinaciones a más de treinta y tres templos en Osaka. Incluso, a los cien años, subió sin ayuda las escaleras de un santuario, reflejando su increíble vitalidad.





El secreto de su longevidad, según ella misma afirmaba, radicaba en una dieta simple basada en plátanos y la bebida japonesa Calpis, así como en su actitud positiva ante la vida. Además, creía firmemente en la importancia de las relaciones humanas y la conexión social. A pesar de vivir sola durante muchos años, siempre mantuvo el contacto con su familia, amigos y vecinos, encontrando alegría en la compañía de los demás.

Además de su alimentación, Tomiko seguía una rutina de hábitos saludables que contribuyeron a su bienestar. Dormía temprano, mantenía un horario estable y realizaba actividad física moderada. Su amor por el senderismo y la naturaleza la ayudó a conservar su movilidad y mantener su sistema cardiovascular en óptimas condiciones. También practicaba ejercicios de respiración y técnicas de relajación, algo que, según ella, le permitía mantenerse serena y equilibrada.


Tomiko Itouka

Uno de los aspectos más destacados de su vida fue la importancia que daba al bienestar emocional. Investigaciones han demostrado que el estrés crónico puede reducir la esperanza de vida, y Tomiko parecía entenderlo de manera natural. Siempre encontraba motivos para sonreír y prefería enfocarse en los momentos felices en lugar de las dificultades del pasado. Sus cuidadores en la residencia de ancianos donde pasó sus últimos años destacaban su amabilidad y disposición para conversar, lo que fortalecía su vínculo con los demás y la mantenía mentalmente activa.

En septiembre de 2024, el mundo la reconoció oficialmente como la persona viva más longeva. Su cumpleaños número 116 fue celebrado con la visita del alcalde de Asilla, flores y una gran sonrisa que reflejaba su alegría de vivir. El 29 de diciembre de 2024, Tomiko Itouka partió tranquilamente, dejando un legado de inspiración y enseñanzas sobre la importancia de vivir con pasión, mantenerse activos y disfrutar de cada momento.

A lo largo de su vida, Tomiko fue testigo de algunos de los eventos más importantes de la historia moderna. Vivió las dos guerras mundiales, presenció la transformación de Japón en una potencia tecnológica y se convirtió en un símbolo de resistencia y serenidad. Su historia nos recuerda que la longevidad no solo se mide en años, sino en la forma en que decidimos vivirlos.

Los expertos en gerontología coinciden en que casos como el de Tomiko nos ofrecen una valiosa lección sobre la importancia de un estilo de vida saludable. La combinación de una alimentación equilibrada, actividad física, estabilidad emocional y una red de apoyo social pueden marcar la diferencia en la calidad y duración de la vida. A medida que la ciencia avanza, se confirma cada vez más que la longevidad no es solo cuestión de genética, sino también de hábitos y actitudes.

Tomiko Itouka nos deja una enseñanza que va más allá de su impresionante edad: la clave para una vida larga y plena radica en cuidar nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestras relaciones. Su legado sigue vivo, inspirando a generaciones a vivir con gratitud, determinación y alegría.

Comments


bottom of page